Pangel Albi: «Maldito Whatssap»
Sé que comenzar diciendo que las nuevas tecnologías nos han cambiado la vida, resulta una «parida» como un templo. Pero, pregunto: «siempre para bien». Pues no. Sobre todo desde el momento en que nos han hurtado por ejemplo la voz en el cara a cara o en la distancia corta o larga. No voy a cometer la imprudencia de achacar alguno de los accidentes en este mes tan abundante de ellos, al manejo del móvil, pero se me remueven las tripas cada vez, y no son pocas, como habréis comprobado más de uno de vosotros, cuando me viene de cara un coche y el conductor o la conductora, observo con inquietud, va con la cabeza inclinada y ladeada hacia el asiento del copiloto. Y si es de noche la lucecita te lo indica inequívocamente. En un trayecto corto, por dios. ¿Sabéis que os la jugáis y se la jugáis a un tercero?.
Ahora todos estamos incluidos en algún grupo de wahtssap obligándote a estar mirándolo cada minuto por si te pierdes una comunicación de interés. Grupos festivos, prensa, administración y un montón de etcéteras. Eres su esclavo a pesar de que ese conducto no es nada reglamentario. Algún día reclamarás con razón y se montará el «cristo». Sí, porque yo no tengo porqué vivir pendiente de un clik, algunos de un clitikliklicklic. A mí llamadme. Que os oiga la voz por favor. ¡ Ah !, que no sabéis qué es la voz. Ya.