Pangel Albi: «Los yayoflautas y la desvergüenza de gobernantes y partidos».

23 de febrero de 2018
23 de febrero de 2018

En las redes sociales se ha creado un debate en torno al nombre que han adoptado las asociaciones de pensionistas: YAYOFLAUTAS. Y es que el nombrecito de marras responde a los personajes que se popularizaron con el nacimiento del 15M. Pues bien, estos se han movilizado en un número que debiera llevar al gobierno de la nación, pero al resto de los partidos, a centrarse en el Pacto de Toledo y priorizar la situación de los pensionistas.

Ultimamente lejos de atenuar el impacto de los anuncios de las reducciones y todas las medidas para frenar el impacto de las pensiones sobre las arcas del Estado y haberse fundido la Hucha, se ha provocado la alarma social con fundamentos como “algunos viven cobrando más tiempo que trabajando”. Señora Villalobos, cobrar más de 10.000 euros al mes y tener un Plan de Pensiones que le pagamos todos los ciudadanos, por lo menos merece su silencio sepulcral, no vaya a ser que se contagien algunos y sentencien que el remedio es que los jubilados cuanto más pronto se mueran, mejor. Los Presupuestos han de buscar un rincón no sólo para asegurar las pensiones del futuro, que hay partidas escandalosas para lo que nos ofrecen a los ciudadanos, si no para darles la dignidad que tanto pregonan cuando nos comparan en este terreno con Europa. Dónde por cierto, el señor de Guindos, se levantará 30.000 euros de nada al mes. Y señor Rajoy, deje usted de amenazar a los jóvenes invitándoles a ahorrar si quieren cobrar en el futuro. Y señores de la oposición de la izquierda y de los sindicatos, es hora de forzar al gobierno a que encare el asunto en clave de dignidad. Porque es una auténtica vergüenza que estemos dónde estamos cuando sacan pecho por haber realizado unos recortes que nos han sacado de la crisis. De la crisis, que por cierto, no se ha evaporado del todo, nos sacaron con su esfuerzo brutal, los pensionistas que cargaron con sus hijos y nietos durante la misma con el salvaje esfuerzo de hacerlo con poco más de 600 euros o los autónomos que han soportado estoicamente la situación desde su desventaja laboral y social.