Pangel Albi: «Como dice la canción….A quien le importa…..»

26 de septiembre de 2017
26 de septiembre de 2017

Ya vemos lo que está pasando en Europa. Alemania nos sirve un nuevo ejemplo. Pierden millones de votos los de siempre, perpetuados en el poder y lamentablemente, suben los extremistas. Pero ¿no habéis pensado que los millones de votos que se traspasan, una parte de ellos, son de gente no extremista?. Se trata de personas que están más que hartas de pagar impuestos, de sostener al Estado y ver como pasan delante en atenciones y facilidades los no nativos. No lo digo yo. Lo dicen los resultados, lo subrayan las redes sociales donde nos movemos la mayoría. Y decirlo está avalado por la libertad de expresión que hoy por hoy no aflora con sinceridad porque te tildan rápidamente de xenófobo, homófobo, etc. Así nos va. mientras no responden los preclaros hombres de estado que se repiten en el poder más que el “all i oli”.
Sí, es cierto, las redes sociales, no serán el espejo de la verdad, pero…..Por cierto, daos cuenta de la barbaridad que estos días se está cometiendo. El Facebook y el Whatsap se llenan de vilipendio a los catalanes poniéndolos a todo en el mismo saco y qué paradoja, lo hacen al mismo tiempo que denigran a los independentistas y denuncian que el resto está marginado y acosado. Esta locura es una locura desatada que la poca calidad política no sabe ni controlar ni resolver. Las medias tintas nunca fueron buenas y las autonomías igualitarias no federalistas fue un paripé que acaba como estamos viendo. Todo esto viene a cuento de que esto se nos va de las manos por todos lados. Hay hasta quien yendo más lejos, atribuyen los desastres de la naturaleza a todo este sarao de vida en la que bien sea Trump y el gilipollas del coreano jugando a los cohetitos, bien sea el Mariano, el Coletas, el ¡Pedrooooo!, el Rivera del Duero, el Puig del Mon, la Merkel y la madre que los parió, nos están convirtiendo en marionetas titiriteras mientras cada minuto mueren 10 niños de hambre o de sed. Cada día se llenan los comedores sociales y cada tanto, por contra, los salarios de estos prohombres y su número institucional crecen y crecen y vuelven a crecer. ¡A quién le importa!