Decepcionante. No se puede añadir otro apelativo. Este Dénia, aunque este domingo marcó tres goles, no encuentra más que un ritmo alocado, única arma que puede explotar ya que la creación brilla por su ausencia. Y además basta ver que el autor de dos de los goles fue Jordi, una pieza fundamental en el equipo pero que no es precisamente lo suyo. Como el primer gol, que si no es por la calidad de Roberto Navarro, nadie la hubiera enganchado como él. Jugó de salida y cumplió mientras las fuerzas le aguantaron.

Claro, un equipo en el que los delanteros no ven una, si descuidas la defensa o das facilidades, te suicidas. Y es lo que pasó ante un Portuarios de lo más flojo del grupo.. Dos errores de bulto defensivos y un penalti fueron igualando el marcador a tres. Marcó Jordi, listo al cuarto de hora. Sólo duró un minuto la alegría. Con el empate y antes de la media hora Roberto Navarro de forma acrobática remataba a la salida de un córner. Porque el Dénia sólo mostró pólvora en los saques de esquina De ellos nacieron los goles. Aunque de salida en el segundo tiempo volvió a cantar la defensa de pe a pa y empataron los de la Safor. Pudo marcar el Dénia pero un defensa sacó bajo palos y pasada la media hora un robo de Fran propició el 3 .- 2 de nuevo obra de Jordi.

Todo hacía pensar que el Portuarios iba a caer derrotado, pero sacó pólvora, eso sí, porque desde el primer minuto presionó sin descanso. Manos claras, penalti y empate a tres casi sobre el 90´. No había mucho más tiempo y si embargo, el larguero primero y un posible penalti de nuevo, pudieron dejar el casillero de puntos dianense a cero.

Este Dénia tiene desaprovechada la rapidez de un Juanito que se deja el alma pero que no encuentra a nadie capaz de rematar sus jugadas. Como Kevin. Porque sí, Garrido que vino a solucionar la falta de gol, se pasea lejos del área y poco más, con lo que si no se recurre al veterano Navarro, no se le hace un gol en la tercera línea ni al arco iris y ello comporta una decepción que se nota en la grada ya algo más pobre en asistencia.

Y ahora a preparase para jugar contra los gallitos. No pinta bien la cosa.