Este pasado fin de semana nos dejó uno de los personajes del empresariado local, más referenciales entre los pioneros que emprendieron sus negocios en Dénia. Se trata de Antonio Miquel Verdú, a los 88 años.

Miquel llegó a Dénia con su familia y los Verdú, primos hermanos y socios, montaron la heladería entonces ubicada en la calle Pare Pere con el nombre de La Jijonenca, puesto que llegaban de la ciudad del turrón, en 1953.

En la década de los 60 abrieron la heladería más cercana al puerto y en los 70, la más próxima a la Glorieta donde hoy, su primogénito Marco, la regenta bajo el nombre de Miquel Gelaters.

Ya en en los 80, cada uno de los primos emprendió su camino en solitario. Hoy, queda el recuerdo imborrable de uno de los empresarios clave a la hora de entender el desarrollo de la Dénia comercial y empresarial.