Es duro, pero no se puede calificar el partido del Dénia en Benidorm, colista, como de penoso.

Una vez más el medio centro no hilvana una sola jugada. Ni Santafé es capaz de poner orden, ni Nano ayudó a hacerlo. Y sin centro del campo, el juego se convierte en un constante balón a campo de nadie. Panucci fue, como otras veces, una isla. Fayé totalmente perdido y así un suma y sigue de despropósitos. Porque no hubo ideas para saber tener el balón concediendo al rival un perfil grande cuando lo que era, era un colista que aprovechó las tres jugadas que trenzó. Dos de ellas acabadas en gol. Uno de ellos muy dudoso, que dio en el larguero y botó en la misma raya, para el juez de línea, válido.

El Dénia tuvo una que sacó un defensa en la misma línea y por ende Panucci falló un penalti, pero ni con esto mereció el empate.

Este fue un partido que debió ofrecer otra cara, porque hubo jugadores que no aportaron nada y porque contra el colista, no se puede dar esa sensación de deriva. Y claro, con la derrota, el equipo se queda a tres puntos del colista.