Tres puntos, calidad, sí, pero un juego anodino y previsible, sin bandas y sufriendo ante el Gandía

7 de octubre de 2018
7 de octubre de 2018

Se ganó y de nuevo, lo mejo, los tres puntos. Eso sí sufriendo en la recta final del partido como siempre y pidiendo la hora sobre los seis minutos de prolongación.

Beibel fue el encargado de llevar la manija de un equipo, el Dénia que gustó en el toque en los primeros 20 minutos. Fruto de ello llegó el gol a los 9 minutos tras una jugada de un inspirado César que debe ir a más y tomar más responsabilidades, sirviendo a Panucci, cómo no, autor del gol. Nada hacía presagiar que que se sufriría. Porque los dianenses jugaron con lógica y toque desplazando bien el balón. Puro espejismo. Duró aquello lo que el Gandía tardó en asomarse y en el 41 empatar el partido. Además Guerrero andaba desaparecido.

La segunda parte comenzó igual diluyéndose Beibel sustituído por Santafé. En nada mejoró el juego, es más, no hay carrileros y el Dénia se vuelve muy previsible. La marcha de más no la pone nadie y se echa en falta a Javi que esperó su turno más de 20 minutos. Luis Doménech que siempre le da criterio al juego, parece ser de media parte y Adrián entró por él. Nada aportó tampoco. El partido se volvió feo y el Gandía valiente. Cuando se le acabó el juego a Jordi, el mejor del encuentro, llegó la hora de sufrir. Y mucho. Los de La Safor se vinieron arriba y el fantasma de la derrota comenzó a pasearse por el Diego Mena. No había ideas hasta el 21 en que Guerrero con instinto de gol metió la pierna para hacer el 2-1 definitivo. Eso sí. El resto del partido fue para los visitantes que denotaron falta de punch para acabar pidiendo la hora lo locales.

El Castellonense espera el viernes festivo y de momento, calidad sí, pero juego, nulo. Y sin juego no hay ni equipo, ni victoria segura.

Por cierto, el colegiado no debió permitir jugar a los visitantes con el pantalón y las calzas del color de los locales.