Se nos ha ido el prestigioso y querido dianense, el doctor Venancio Palazuelos Bertó
Seguramente muchos dianenses no le conocerían, pero otros tantos sí. Su segundo apellido «delata» su natalidad dianense. De la familia Bertó, llevaba de primero el apellido paterno, un destacado personaje de la electricidad española que recayó un tiempo en Dénia.
El doctor Venancio Palazuelos Bertó, cardiólogo especializado, ejercía su profesión en Madrid, pero su amor por la ciudad dianense le llevó en los últimos años de profesión a abrir consulta aquí también. Amor que en la capital, dejaba entrever por tener decorado su lugar de trabajo con todos los posters posibles. Eso y que a todos sus pacientes acababa hablándoles de su «deniería». Porque era esa una de sus virtudes, su extrovertida forma de ser, nada convencional, en el trato de cercanía que profesaba a sus pacientes. Y no digamos de su «morería». Porque pertenecía a la filá Almorávides de la que fue capitán (con Irene de abanderada) y primer trô, además de haber sido en su día pregonero de la fiesta de moros y cristianos. A ella acercó a sus cuatro hijos, Venancio y Jorge, estos dos también médicos, Elena, que fue también abanderada en la fiesta, y Emilio.
Relacionado con su profesión, hay que recordar que trajo a Dénia, siendo alcalde Sebastiá García, el Congreso Internacional de Cardiología cuando era Presidente de la Sociedad Castellana, con más de 600 personas. Inauguró el auditorio del Centro Social que acababa de estar operativo.
Aquí en Dénia, tenía su segunda residencia, Aquí, en el Club Náutico, su barco, con el que practicaba su segunda afición: la pesca.
Su carácter sumamente extrovertido y su excepcional verbo, conquistaba inmediatamente a su interlocutor o a los centenares de colegas que asistían a sus frecuentes ponencias. No en vano era un hombre de grandes conocimientos y prestigio en su profesión.
En definitiva, se ha marchado, joven, dejando un hueco imposible de llenar. Amigo de sus amigos, nos deja a todos muy tocados, pero su espíritu estará siempre al acecho del discurrir de la vida en esta ciudad, y no se olvidarán las lecciones de vida, amistad, cariño y maestría que siempre nos impartió. Descansa en paz y cuida de nosotros desde allí donde vayas.