Cara A y Cara B hay en todo disco de vinilo Ahora empleo a menudo esta frase para describir noticias. Como las caras que hay en la que nos deja la elección de Pedro Sánchez como Secretario General del PSOE. Cara A que abarca la importancia y la autenticidad de una decisión tomada por los que en realidad sustentan un partido: los militantes. Y esto siempre ha sido sagrado entre los socialistas hasta que los “barones” fueron desvirtuando el poder que les daban y dan los votos. Algo que parecen olvidar todos los partidos mirándose el ombligo cuando son elegidos y se perpetúan en su escaño. Y claro, ha ocurrido lo que tenía que ocurrir. Las formas y la prepotencia han sido castigadas. Que se lo hagan mirar los señores Puig, Page y compañía. Puig por cercano y porque seguramente ha trasgredido el concepto de libertad de decisión que dejaba en aquellos tiempos la dirección socialista. Extrañaba mucho que la comarca de la Marina Alta se movilizara en principio a favor de Sánchez y encima de la campaña de primarias los más destacados dirigentes comarcales apostaran por Susana Díaz y además públicamente. Un voto de castigo que debe servir para reflexionar sobre la libertad de decisión en un partido que hay que reconocer se ha caracterizado por poseer una envidiable democracia interna. Por tanto, la sorpresa no lo ha sido tanto. Susana gana siempre en Andalucía, pero ¿y fuera?. Sobra respuesta. Y hablando de respuesta, si ahora el PSOE no navega unido, ocupa su lugar verdadero y lucha por ser la alternativa seria, capaz de ganarle al PP sin necesidad de coaliciones complejas y nada recomendables, le diremos adiós. Y diremos además que hubo un día en el que los llamados barones, destrozaron el partido que ganaba elecciones por su programa y su concepción además de la defensa del estatus más débil.