Ya estamos. Con la administración del Estado hemos topado, que ya es topar, mucho más que con la iglesia. Nos vamos a tragar el vallado metálico de la calle Marqués de Campo, por los siglos de los siglos, amén. So pena que lo convirtamos (ánimo Sapristi) en un atractivo turístico más. El siempre sincero Grimalt debió sentirse como aquel Pedro Crespo que ultrajado por un Capitán malvado después de liquidarlo fue premiado con la Alcaldía de Zalamea. Pues no dijo Don Vicent, que se marchó a negociar por el maldito solar con el INSS y apenas había dado las buenas tardes, al pronunciar la ese, se acabó la visita. Que si quieres me lo compras y por el valor del mercado. Que ni permuto ni mucho menos cedo. Y el colmo: que hay una ley que prohíbe tocar los solares propiedad del estado, que adecentarlo no se puede, alternativa planteada como mal menor. Pensaba en los ilustres que tienen casa en Dénia, entre ellos el Ministro Catalá y me preguntaba si esa Dénia de la que tanto gustan no merece un esfuercito por su parte,sea el ejecutivo del color que sea. Sí, llamadme ignorante, que yo ya tengo unos cuantos apelativos para todos ellos y para aquellos. ¿A que vosotros también?.