Estos días me pidieron unos defensores dels Bous a la Mar de Dénia, una entrevista en MONTGORADIO con el propósito de que se conociera su opinión después de unas fiestas mayores rodeadas de polémica, como viene ocurriendo cada año, por el encontronazo de los grupos antitaurinos o animalistas y porque querían denunciar ciertas acusaciones hirientes sufridas. Como hacemos en MONTGORADIO siempre, estamos abiertos a que quien quiera a título individual o colectivo, defienda su criterio o su situación sin cortapisas más allá de la descalificaión insultante o grave. La citada entrevista ha provocado un incendio más o menos esperado en las redes sociales. Pues bien, si toca mojarse diré que no soy un entusiasta ni mucho menos de la tauromaquia. Pero lo soy menos de que se descalifique a las personas de una forma deleznable y totalmente rechazable. Prefiero quedarme con el “mea culpa” que entonaron mis invitados reconociendo que hubo un tiempo no muy lejano en el que sí había un tipo de maltrato del animal. Intolerable a todas luces como lamentablemente se sigue produciendo en otros lugares con el amparo de la legalidad por un interés político que da bandazos según donde esté el voto. Los defensores dels Bous a la Mar aluden a que se está atacando a Dénia cuando es el pueblo en el que menos se maltrata al animal. Ese “menos” no es un “nada” y conviene aclararlo. Confieso también que no he entrado nunca a la Plaza. Por tanto, y a lo que iba, toda manifestación es un derecho que además de legal es necesario para mostrar públicamente una reivindicación. Pero el uso de las consignas hay que medirlas de un lado y del otro. He leído auténticos despropósitos y algunos amparados en el anonimato que permiten las redes sociales y con el fin de corregir en la medida de lo posible esa desmesura, he invitado a una representación de los animalistas para que expliquen su criterio.