Pangel Albi: ¡Alto Policía!

15 de junio de 2017
15 de junio de 2017

Menuda sacudida se ha producido con la denuncia del Sindicato Profesional de Policía. Seguramente la mayoría pensábamos que esto sólo ocurre en las películas, pero que si atendemos y de momento no hay otra argumentación en contra a la nota de prensa del citado SPP, a ver quien se atreve a dormir más tranquilo. Que vengan a revisar lo que te han robado en casa y se lleven otra parte, que ten de ostias fuera de servicio o que ya de por sí haya poca vigilancia nocturna y la que hay, alguna noche ni está ni se espera, son hechos, que existentes y de momento, no hay otras voces que lo desmientan, no es gravísimo, es lo siguiente. La necesidad de sentirnos protegidos por los que representan a la Ley y el Orden y que solemos respetar más que a la propia justicia, se nos cae a los pies. En el caso de la Comisaría dianense el relevo generacional ha permitido un rejuvenecimiento de la plantilla, lo que tiene dos caras. Por un lado quizá una mayor independencia de los agentes que llegaron últimamente, frente al contacto más estrecho, que no tiene que restar profesionalidad alguna, de aquellos que ahora están en la reserva. Al fin y al cabo estamos en lo de siempre, quien les paga es el vecino, el contribuyente. Una máxima que suele obviar demasiado fácilmente el funcionario. Por desgracia en Dénia, con unos 200 policías entre ambos cuerpo, nacional y local, la unidad interna en cada uno de ellos, no existe. Pues con ello se pierde la confianza y la tranquilidad. Somos defensores a ultranza de a la vez nuestros defensores. Pero la cadena comienza oxidada especialmente en el Cuerpo Superior de Policía. No se ha potenciado el material. Basta ver los vehículos que posee su parque. Desconozco la formación que se da en la Academia. Me harta ver los rostros políticos cuando se entrega una medalla a título póstumo. Y, lo dicho, todo ello y otras muchas cosas contribuyen a desvirtuar la relación ciudadano – policía. Que ha de ser de cercanía, pero que al mismo tiempo, ha de ser de conciencia profesional incluso fuera de servicio. Podemos es este caso, conceder el beneficio de la duda y seguir apoyando su labor. Pero no estaría de más un reciclaje anual ya no sólo sobre cuestiones anexas a su profesión. También sobre las relaciones con la ciudadanía. Y ahí nos encontrarán siempre dispuestos a colaborar.