Señora Secretaria de Estado. Muy señora mía, hay varias cancioncillas en valenciano, no digo cançonetes porque obviamente no lo entenderá y mucho me temo que haga su propia traducción y le suene a saber a qué, como le decía, cancioncillas muy populares sobre las cañas: El Tío Canya, Darrere del Canyar y un largo etcétera. Pues bien, los valencianos sabemos que tal cantidad de cañas depositadas en la playa de l, Almadrava, no llegan desde mar adentro. Que llegan desde allí, lo que usted quiera imaginar y más. De hecho, en esta ocasión, un auténtico zoológico y hasta un cargamento de coca no comestible, sí consumible por muchos. Pero lo que se dice cañas, ni una. Aquella animalada de las que le dejaron estupefacta, ya causaron daños mayúsculos, incluso dramáticos en una anterior riada. Lo que ocurre es que los vecinos de los cauces de los ríos, están hasta el gorro de ellas. Así, que le ruego con todos mis respetos, que de una puñetera vez, la administración que usted representa obligue a quien corresponde a tomar las medidas oportunas y no hacerlo allí sólo dónde alcanzan las cámaras fotográficas. Que ya está bien de anunciar actuaciones cuando el mal ya está hecho. Y así, año tras año.
Afectuosamente a medias, porque creo que es nueva, este que se dirige a usted, perdón, Usted, un ciudadano afectado en la distancia. Por el recibo de la luz consentido. También.