Jorge Albi: Recordando

13 de marzo de 2016
13 de marzo de 2016

Sentado en la terraza, tomando el sol, y observando el rastro dejado por los aviones en el cielo he recordado un texto que escribí en una situación parecida hace unos tres años.

«Hace un par de días por la mañana, después de un relajado Domingo, me senté en la terraza de mi casa y observé el intenso y limpio cielo azul que ante mi se mostraba inmenso y total. A escasos metros percibía el sonido del agua correr en una reparadora ducha, mientras «ella» daba cuenta de sus privados pensamientos. A escasos 2 metros de mí, una rosa mostraba sus exultantes pétalos retadores ante cualquier signo de indiferencia por la vida….Me recosté en el sofá y vi pasar 2 aviones que en direcciones opuestas cruzaban las alturas, uno de ellos dejando una estela reconocible de su paso y el otro escondiendo la huella de su destino. El que dejaba las señales se mostraba visible, parecía sincero, orgulloso, cruzaba el mundo diciendo «aquí estoy, esto es lo que quiero» ; en cambio, el que no dejaba la estela parecía querer pasar desapercibido, recorría el camino sin dar pistas del mismo, como escondiendo sus deseos…..Pensé por un instante que yo tenía que ver con el primero de los aviones y que siempre he esperado que cuando me cruce con algo o alguien en las alturas vuele en la misma dirección pero sobretodo deje la estela que marca el destino de la vida que no es otro que compartir «la profundidad del amor del alma»……..El agua de la ducha dejó de correr, la rosa me silbó en la distancia y unos instantes después escuché la voz que me decía ¿qué te pasa?….contesté : «nada»….aunque en realidad debería haber dicho «estoy triste»….y añadiría…»aunque el cielo puede esperar»….