Baleària Port acoge un debate sobre la inteligencia artificial y las emociones en el mundo empresarial

1 de marzo de 2019
1 de marzo de 2019

La Casa de la Paraula de Baleària Port acogió ayer una jornada en la que intervinieron como ponentes el catedrático de Ingeniería electrónica Emilio Soria, y el catedrático de Ética, Domingo García-Marzá para abordar el uso del Big Data en la empresa y la inteligencia artificial, así como la gestión de las emociones en las compañías.

El simposio se enmarca en un programa del Ministerio de Economía y Empresa para garantizar la transferencia tecnológica a las empresas, y contó con la asistencia de Ricardo Climent, director general de Finanzas de Baleària y Josep Vicent Mascarell, director del Área de Personas, Responsabilidad Social y Reputación de la naviera, así como de Adela Cortina y Pedro Jesús Pérez Zafrilla, de la Universitat de València, entre otros.

Emilio Soria apuntó a la importancia de los datos y cómo cada vez están apareciendo más nichos de mercado donde implementarlos con el objetivo de crear sistemas predictivos para la toma de decisiones. En este sentido, subrayó “las tres V básicas que definen lo que la complejidad del Big Data: volumen, veracidad y velocidad”.

El ponente quiso poner el ejemplo de Amazon, compañía que gracias al uso del Big Data fue la primera en implementar los sistemas de recomendación en la compra online, que supuso “un incremento en las ventas del 30%”.

Patrici Calvo moderó el debate posterior a la intervención de Soria, donde se abordaron los aspectos éticos en el uso de la Inteligencia Artificial y el uso del Big Data, haciendo referencia a problemáticas que preocupan a la sociedad como es el control digital, la cosificación de las personas o los posibles sesgos o errores de los algoritmos.

Posteriormente, intervino García-Marzá, el cual abordó la gestión de las emociones morales en las empresas. El experto apuntó a tres posibles caminos para conseguir dicha gestión en las empresas: la comunicación, mediante la ejemplaridad en la empresa, por ejemplo; la educación y formación a los empleados, y la participación, destacando la necesidad de crear espacios de confianza. “No solo hablamos de espacios de deliberación como son los comités éticos. También el voluntariado corporativo, por ejemplo, es un escenario de gestión de las emociones en la compañía”.

En el debate que se abrió tras su intervención, liderado por Daniel Pallarés- Domínguez, de la Universidad Jaume I, se abordó el peligro de “instrumentalizar” las emociones de los empleados. En este sentido, Josep Vicent Mascarell, director del Área de Personas, Responsabilidad Social y Reputación de Baleària, apuntó a la importancia del principio de delegación en las empresas. “Este posibilita el liderazgo y dignifica a la persona sin instrumentalizarla”, concretó.